TOXINA BOTULINICA Y RELLENOS
Los signos del envejecimiento facial pueden dividirse en dos grandes grupos: en primer lugar los producidos por el constante accionar de los músculos faciales (patas de gallo, arrugas frontales, arrugas peribucales, surcos de "marioneta", arrugas del entrecejo, etc.) y en segundo lugar, los producidos por el efecto de la gravedad sobre estructuras que van perdiendo elasticidad y capacidad de sostén (surcos nasogenianos, caída de los párpados, bolsas palpebrales, pérdida del óvalo de la cara, papada, etc.).
Cabe mencionar que la aparición de estos signos es gradual y progresiva y comienza a ponerse de manifiesto hacia la tercera década de la vida de manera indistinta en hombres y mujeres, aunque vale la pena aclarar que otros factores como la alimentación, el hábito de fumar, la exposición solar o a determinados agentes físicos o químicos, la genética y el fototipo cutáneo influyen (de manera positiva o negativa) en la aparición más temprana o más tardía de los mismos.
Muchos de estos cambios pueden ser revertidos o retrasados mediante el hábito de una alimentación saludable, una buena hidratación, el uso de protectores solares o la realización de numerosos tratamientos no invasivos o medianamente invasivos. Como dijimos anteriormente, el proceso de envejecimiento se trata de algo inexorable y progresivo y muy probablemente, conforme pasen los años, la solución a estos signos del paso del tiempo sólo pueda ser mejorado mediante una cirugía.
TOXINA BOTULINICA
La aplicación de la toxina botulínica (Botox, Dysport, Xeomin, etc.) con fines cosméticos comenzó hacia los años '90 y desde ese tiempo no ha parado de crecer, siendo uno de los procedimientos más efectuados en la actualidad en todo el mundo. Sus resultados han sido lo suficientemente buenos como para reemplazar a la cirugía en el tratamiento del envejecimiento del tercio superior de la cara (frente, entrecejo y región periorbitaria). Su accionar consiste en disminuir la contracción de los músculos que originan las arrugas y comienza a hacerse evidente a las 72 hs. de su aplicación. El efecto logrado es el de una apariencia más juvenil y relajada con una notable mejoría sin ser evidente. Es importante aclarar que la toxina botulínca no aumenta el volumen, se trata de un fármaco que actúa sobre los músculos y a los minutos de aplicado no quedan evidencias de su aplicación.
Su aplicación es una práctica que se realiza en consultorio, en un lapso de 10-15 minutos y que no requiere de ninguna preparación previa. Sus efectos alcanzan un máximo a la semana de aplicada y sus resultados persisten por aproximadamente 5-6 meses.
SUSTANCIAS DE RELLENO
Las sustancias de relleno que se usan actualmente son todas en base a Acido Hialurónico, un componente natural de la piel, que no ocasiona rechazos ni alergias, como antiguamente lo hacía el colágeno. Su indicación principal es la corrección de pequeñas arrugas como las que aparecen en la región peribucal, la corrección de surcos más profundos como los nasogenianos, los surcos de las comisuras (surcos de marioneta) o los de la región del entrecejo o el aumento de volumen de los labios. Como su tarea es la de rellenar, también puede ser aplicado para la correción de pequeñas cicatrices de acné o similares.
Su aplicación es sencilla, en consultorio, y no toma más de 15-20 minutos en manos experimentadas. Su duración oscila entre los 9-12 meses, aunque algunas sustancias pueden hacerlo durante más de un año, sobre todo las destinadas a corregir surcos profundos y que son las denominadas "permanentes".
Este tipo de sustancias, por su mayor duración, son utilizadas habitualmente para "voluminizar" diferentes partes de la cara como ser nariz (rinomodelación), mentón o diferentes sectores que han ido perdiendo volumen y lozanía con el paso del tiempo, como mejillas o pómulos.
La aplicación de la toxina botulínica con fines cosméticos junto con la aparición del Ácido Hialurónico han venido a cambiar los estándares de tratamiento del envejecimiento facial